Tiene una capota de lona que se abre y se cierra mediante motores eléctricos. El proceso total para abrir o cerrarla tarda 12 s (poco) y se puede llevar a cabo con el coche en marcha, siempre que la velocidad sea inferior a 50 km/h. En otros mercados hay una capota distinta, manual y con menos capas aislantes del ruido. La capota se dobla en «Z» y queda plegada por detrás de los dos únicos asientos que tiene el coche. Lleva incorporada una luna, no necesita una cubierta para la capota cuando está plegada y podrá tener como accesorio un techo rígido.
De serie, hay un cortavientos situado tras los arcos de protección antivuelco. Se distingue de otros (bien de red o de plástico transparente) en que se pone y se quita (sube o baja) mediante un motor eléctrico, lo que facilita su uso en cualquier circunstancia. Desde el salpicadero hasta los asientos, el habitáculo es similar al de la versión cerrada. Sólo cambia lo que hay por detrás de éstos: las dos plazas traseras, que apenas sirven para transportar niños, han sido eliminadas. En el espacio que ocupaban es donde queda recogida la capota cuando el coche está descapotado. El puesto de conducción es satisfactorio, con todos los mandos bien colocados. Los asientos, los del coche que hemos probado estaban tapizados en Alcántara, sujetan bien el cuerpo y tienen un relleno firme que los hace confortables en viajes largos.
No tiene airbags laterales de tipo cortina específicos para proteger la parte superior del cuerpo, sino airbags laterales en los asiento de tipo cabeza y tórax. Estos airbags, los frontales, el control de estabilidad y tracción, el climatizador, la alarma, el ordenador o la suspensión deportiva son elementos de serie.En la lista de opciones hay elementos como los faros de xenón dobles (de serie en la versión 3.2), alumbrado adaptativo, tapicería de cuero, diversos equipos de sonido, navegador o conexión Bluetooth para teléfonos móviles, entre otros.
Fuente: Km77
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